martes, 6 de noviembre de 2012

DIARIO DE GUERRA


Principios de Abril de 1940, se inicia una carrera por ver cuál de las dos potencias (Gran Bretaña o Alemania), llegaría primero a la conquista del puerto de Narvik, este era un enclave vital desde el punto de vista estratégico. El 9 de Abril de ese mismo año e general Eduard Dietl, comandante de la fuerza expedicionaria alemana, desembarcó sin oposición.

NARVIK 1940


Eduard Dietl
 Me llamo Eduard Dietl, comandante en jefe de la fuerza expedicionaria alemana, y a bordo de diez modernos destructores, nos disponemos a entrar en el puerto de Narvik (Noruega). En nuestra llegada solo tuvimos una pequeña resistencia de varios acorazados noruegos muy antiguos, fueron hundidos con facilidad. Desde la cancillería en Berlín se nos había informado a mí y a mis hombres que seriamos tratados como “liberadores” por parte de los noruegos.

Bernard Warburton-Lee
Así debía de ser cuando el comandante local el coronel Konrad Sundlo, se rindió de inmediato. Su lugarteniente, el mayor Spjeldnes, salió de la ciudad con 209 soldados, ante la mirada incrédula de mis hombres, y porque no decirlo, ante la mia también. Al pasar a nuestra altura nos despidió alegremente diciéndonos "Guten Morgen" (“Buenos Días”). Al oír eso y sonándome a burla, mande desarmaran a todos los noruegos. Exceptuando esta situación, tomamos Narvik sin pegar un solo tiro, todo fue más fácil de lo que yo esperaba. Pero solo de momento.

Winston Churchill
Amanece en Narvik un día después de nuestra llegada al puerto, y el ruido de cuatro destructores nos sobresalto, eran los británicos. Al mando el comandante de la Marina Real Británica Bernard Warburton-Lee. Irrumpieron en el puerto y en un primer ataque,  dos de mis destructores habían desaparecido literalmente. Uno de ellos había volado junto con su capitán, aunque este sobrevivió al ataque. El propio barco de Lee, quedo fuera de combate cerca de un acantilado, esto le valió para recibir la cruz de la Victoria a título póstumo.


Adolf Hitler

Sabía que esto no iba a quedar así y pasados tres días los británicos vengaron la muerte de Lee hundiendo los 8 destructores que aun nos quedaban a flote. Churchill recibía alegre la noticia mientras Hitler, estallaba en ira en el Reichstag. En este momento mis tropas y yo quedábamos totalmente bloqueadas. Mientras el Führer pedía nuestra retirada.

Yo obviamente y visto lo difícil de mi situación no perdí el tiempo, arme a mis 2.500 marineros con las armas requisadas a los noruegos y mande a construir un poderoso perímetro defensivo en el puerto y a lo largo de la vía del tren de Ofot hasta Suecia. Los suecos, “neutrales”, no verían con malos ojos esta acción ya que se favorecerían de suministros e información. Mientras tanto yo y mis hombres esperábamos que empezara la acción.
Mapa Narvik
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Fuente: Grandes Batallas de la II G.M. Editorial General: Dr. Chris Mann




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